20 de Abril del 2024

Trauma por inmigración en niños

En Chicago y alrededores el problema aumenta.

Especialistas sugieren que se aumenten los trabajadores sociales hispanos y los servicios sociales para atender la demanda en las escuelas. Tema fue analizado en la Conferencia Trauma + Inmigración organizado por el Departamento de Trabajo Social de St. Augustine College.

POR EDUARDO ALEGRIA

“Mis hijos no pueden conciliar el sueño, tienen ataques de ansiedad y tienen depresión, tengo miedo que ese problema se agrave porque además estoy luchando porque liberen a mi hija que está detenida en Texas en una prisión para indocumentados a los que se les ha negado el asilo político”, dijo a NUEVA SEMANA Ana Jovel de 42 años, salvadoreña que vive en la iglesia Lake Street Church del suburbio de Evanston junto a sus hijos Ernesto (17) y Daniel (9).

Joven es una de las personas que asistió a la Conferencia de St. Augustine College porque la organización que la apoya en Chicago, Interfaith Community for Detained Immigrants, fur una de las que participó en ese importante evento que se realizó ayer jueves 19 de abril en el auditorio Charlie Chaplin de St. Augustine College.

“A mi esposo lo asesinaron las pandillas de la Mara porque se negó a pagar extorsiones y a mis hijos me los querían quitar para llevarlos a las pandillas”, contó la madre de familia que dijo se vio en la obligación de huir de su país con sus tres hijos en 2015. En esa fecha Ernesto tenía (15, Daniel 9 y Jessica 19.

“Llegamos a la frontera con Texas y al tratar de pasar pedí asilo para mi familia y sólo permitieron que entrara a los Estados Unidos yo y mis dos hijos menores. Mi hija Jessica ha quedado detenida desde hace dos años y está sufriendo muchas maltratos. Yo no la puedo ver porque no puedo viajar hasta Texas y estoy rogando que me la liberen y le permitan el ingreso a este país. Ella no podría regresar a El Salvador porque su vida corre peligro”, narró.

Esta salvadoreña no es la única que asistió para dar cuenta de su testimonio de cómo la política de inmigración de este país está afectando a sus hijos.

Como ella, Raúl González de 42 años contó cómo toda esta situación de incertidumbre le está afectando la salud mental a sus dos hijos de 10 y 3 años que sufren autismo. “Yo salí huyendo de la violencia estructural y política de Venezuela porque mi vida corría peligro. Llegué a Chicago en 2012 y desde entonces no he podido asimilarme del todo a esta sociedad pese a que aprendí el idioma, porque por mi condición migratoria no puedo conseguir el empleo para el que estoy preparado”, dijo a NUEVA SEMANA.

González es economista y matemático y se gana la vida en lo que puede pero ha notado que esta situación de la política inmigratoria les ha afectado emocionalmente a sus hijos. “Mi hijo mayor, sobre todo, sufre muchos ataques de ansiedad porque es hipersensible y cree que en cualquier momento van a tocar a la puerta para detenernos. Yo y mi esposa le explicamos que no tenga esos temores pero él no nos cree y lo afecta mucho”, contó.

 

Mal que va peor

La situación que viven estos dos pares de familia son simbólicos pues hay cientos de familias en Chicago y alrededores que pasan por problemas similares y las agencias de gobierno y las escuelas no los están ayudando adecuadamente porque no tienen el personal adecuado a los aspectos culturales de estos niños.

“En las escuelas hay terapista que no son hispanos y no saben el español y tampoco conocen las cuestiones culturales de los niños, por lo tanto no los pueden ayudar y en muchos casos aumentan la ansiedad de los niños”, dijo la Dra. Leticia Villarreal Sosa, Phd, LCSW, profesora asociada de la Dominican University y ponente en esta importante conferencia de St. Augustine College.

“Hay un gran déficit de profesionales hispanos en el campo del Trabajo Social. Nuestra comunidad no está siendo debidamente atendida por este problema y también porque las agencias de salud del gobierno no tienen programas específicos para abordar esta problemática”, dijo”.

Teresa P. Mateus, LCSW, profesora asistente del programa de Trabajo Social de St. Augustine College, dijo que su institución está poniendo mucho énfasis en tratar de cortar este déficit de trabajadores sociales hispanos, graduando a latinos en este campo.

“St. Augustine College está comprometida con la comunidad hispana no sólo ayudándole a mejorar sus vidas proveyéndoles una carrera universitaria, sino conectándose con ella para ayudar a darle herramientas para solucionar problemas tan difíciles como los traumas provocados por los temas de inmigración”, dijo a NUEVA SEMANA.

Mateus quien es portavoz de la Conferencia Trauma + Inmigración, dijo también que St. Augustine College está orgullosa de proveer cientos de trabajadores sociales a Chicago y alrededores. “Pero como vemos, nuestra comunidad necesita más hispanos en la carrera de Trabajo Social. La demanda es muy alta y nosotros estamos aquí para ayudar a quien quiera convertirse en una trabajador social”, dijo.

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